He visitado Faraján, un pequeño pueblo de la serranía de Ronda (muy muy pequeño) en alguna que otra ocasión.  El acceso al pueblo se hace a través de una carretera de montaña en la que difícilmente se cruzan 2 coches sobre todo en el último tramo. Carretera de montaña y muchas curvas es el recuerdo que tengo de la entrada al pueblo. Pero mi última visita fue para capturar e inmortalizar la boda de Alberto y Wafae. Pasé allí todo el fin de semana de una lado para otro y cuando me quise dar cuenta era ya domingo. Sí, el tiempo pasó a la velocidad de la luz, en un abrir y cerrar de ojos estaba volviendo  camino a casa con la cámara llena de fotos de un día especial.

Mi primer paseo fue para tantear el terreno, buscar localizaciones por si el futuro matrimonio no tenía nada preparado para mi, porque no habíamos hablado mucho del tipo de fotos que querían que les hiciera. Y así fue, confiaron en mi ojo, mi cámara y la improvisación. Decisión que provocó en mí un pequeño asomo de los nervios que creía tener controlados.  Así que me empeñé en dar aquella vuelta por el pueblo nada más llegar, aunque no sirvió de mucho porque un par de gatos se cruzaron en mi camino y me sacaron del ensimismamiento con el que había llegado. Lo agradecí.

Rennes, bonita ciudad de la bretaña francesa. Este fue el destino que elegimos para pasar el puente de diciembre, y visitar  (al fin) a unos amigos que llevan allí algún tiempo . Ese fin de semana la ciudad tiene mucha vida porque se celebran los Trans Musicales  (Les Rencontres Trans Musicales). La gente sale a la calle porque por los bares del centro de la ciudad se celebran conciertos, y también en unas naves a las afueras.

En un puente no da tiempo a verlo todo, como es lógico, porque además hay que hacer cosas tan importantes como: comprar ostras en el mercado y un buen surtido de quesos para degustarlos en un bar junto con vino o cerveza, salir alguna noche para contagiarse del ambiente del centro de la ciudad en los trans, pasear por los puestos navideños de la ciudad, intentar visitar el Monte Saint Michel….

Este año he tenido la oportunidad de volver al festival que hace unos años fue como mi festival de referencia. En el pasado fui 3 años consecutivos y en los últimos años siempre he dicho de volver pero nunca se alineaban los planetas para disfrutar de nuevo de él. El festival se llama Groezrock y se celebra todos los años a finales de Abril principios de Mayo en un pueblo belga llamado Meerhout. ¿Y qué tipo de música podemos escuchar en él? Pues sobre todo punk y  hardcore. Música con la que prácticamente he crecido. Una buena reseña del festival la podéis leer en en el siguiente post de la revista Staf.

Así que,  aprovechando nuestra visita de este año, decidí cogerme un par de días más, a parte de los del festival, y hacer un poco de turismo por la capital del país. Y como viene  siendo habitual mi cámara fue mi mejor compañera de viaje. Las fotos que acompañan esta entrada son de nuestros largos paseos como turistas por Bruselas.

En el festival, como no podía ser de otra forma me lo pasé genial, disfrutando de grupos tan míticos como Nofx, The offspring, Ignite o Screeching Weasel entre otros, risas, amigos, cerveza belga y Jäger (mucho). Del festi no tengo ninguna foto porque temía por mi integridad física,  jejeje más de una vez viendo algún concierto miraba hacia mis compañeros de atrás por si les daba por saltar por los aires para que los demás los cogieran y empezaran a avanzar hacia el escenario…