Creo que me viene desde muy pequeña la afición por revelar y hacer álbumes de casi todas las fotos que hago. No lo puedo evitar. Me encanta tener de una manera física un recuerdo de todos los instantes que ha capturado mi cámara.

Cuando hacía fotos en analógico, el momento de llevar un carrete a revelar era mágico, y después cuando tenía suficientes fotos para hacer un albúm me ponía a ello. Los clasificaba por años. Desde que entró  en mi vida la fotografía digital, el número de fotos se vio incrementado y me encontré con millones de fotos clasificadas por eventos en mi ordenador. Fue el miedo a perderlas lo que me hizo seguir imprimiendo las fotos que más me gustaban y continuar haciendo albumes.

Con Blurb y otras páginas similares cambió mi concepto de hacer álbumes. Di un paso más allá y me dedique a hacer libros, que es como se conocen los albumes en sitios de este calibre, de temáticas más concretas: viajes, sesiones etc.  Me pareció una idea fabulosa, el poder crear libros de un acontecimiento concreto y sin moverme de mi casa. Y un perfecto regalo. Así que desde hace ya algún tiempo, realizo libros, sobre de todo de viajes. De otra manera, las fotos acabarían olvidadas en algún rincón de mi ordenador y no verían la luz.

Las fotos que os muestro son el resultado del libro de mi proyecto 365, que me llego hace unos días. Lo realicé con Blurb que tiene una aplicación que te puedes instalar en el ordenador y hacer libros como este de una manera muy sencilla. Seleccionas las dimensiones del libro, el tipo de cubierta y hasta el papel fotográfico. Eliges las fotografías y las distribuyes en las páginas gracias a unas plantillas que te proporciona la aplicación y listo. Si no te gustan las plantillas puedes crear las tuyas propias y guardarlas para futuros proyectos.. No puedo estar más contenta con el resultado.

El año pasado decidí empezar el proyecto 365 días, que consistía en hacer una foto diaria durante un año. Ví que mucha gente se animaba a hacerlo y me pareció interesante por varios motivos, uno de ellos por obligarme a sacar la cámara más a menudo y otro para forzarme a ser más creativa y ver fotos donde antes no hubiera reparado. Me parece un buen ejercicio la verdad porque el comienzo parece sencillo pero a medida que van pasando los días cuesta más buscar una foto. Así que durante un año, a cada sitio que iba me llevaba la cámara. Por trabajo suelo desplazarme bastante por algunas ciudades de la geografía española, esto me permitió juntarme con fotos de un montón de sitios: Tenerife, Orihuela, Salamanca, Bilbao, Jaca, Madrid, Barcelona… un bonito recuerdo de lugares por los que he transitado durante el 2013. Por supuesto que a los viajes de placer también me ha acompañado, de eso se trataba. Y una de mis musas estrella ha sido mi gata,  que ya os la mostré en mi anterior post, porque además fue en el 2013 cuando la adoptamos. El llevar la cámara a cuestas durante un año me ha permitido captar los típicos momentos en los que piensas » ojalá llevara mi cámara» . Uno de estos momentos que os comento fue cuando por casualidad me tropecé con una demostración de skate en una plaza de mi ciudad, y ya aproveché y le hice este pequeño reportaje que subí a mi web. 

Para tener todas las fotos del proyecto en un mismo lugar de Internet, decidí hacerme un tumblr, y subirlas allí.