Todavía no hace ni una semana de la celebración de » La boda del viento«, pero no he podido esperar más para compartir los preparativos de esta maravillosa boda, que como no podía ser de otra forma llevaba el sello Martina se casa.
A pesar de que Maria no tenía ningún inconveniente en ir desvelando secretos de su boda cuando nos juntábamos los amigos, llegué el día de antes al lugar de la celebración para ayudarla a montar su boda y me di cuenta de que todo lo que me había imaginado era una pequeñísima parte de toda la organización. ¿Dé donde habían salido tantos molinillos? ¿María había estado encerrada haciendo molinillos hasta el día de su boda? Madre mía, ¡increíble! Eran, bueno son preciosos, porque me he quedado con unos cuantos de recuerdo para decorar mi casa.
Como os he adelantado arriba, el viernes antes de la boda, nos juntamos unos cuantos amigos y empezamos a dar forma al lugar donde al día siguiente, 5 de Septimbre, se darían el «Sí, quiero» David, y María, una pareja de amigos muy especial. Sabía que la boda sería en el «Chalet del chamaco» (finca los Ventanales), pero claro, no soy de Huelva, y no me hacía una idea de lo que significaba aquello a pesar de haber escuchado siempre buenas críticas. Ahora puedo hablar con conocimiento de causa y deciros que además de estar en primera línea de playa, tiene unas vistas espectaculares a la flecha de El Rompido. Es un lugar mágico, sería mi sitio perfecto para vivir, el mio y el de cualquiera que le guste levantarse y acostarse con semejantes vistas.
Sonia y Oscar, también pusieron su granito de arena y se unieron a nosostros el viernes para ayudar . Trajeron debajo del brazo desde Madrid un molinillo gigante DIY, que lució espectacular en la ceremonia el día de la boda.
Mientras que los simpáticos chicos de Forrajefilms procesan y editan las fotos y videos de la boda del viento, voy abriendo boca con las fotos que hice durante el montaje.