El pasado 21 de junio se celebró la boda de nuestros amigos Marina y Alberto, después de llevar más de un año organizándola y preparándola con mucho amor. El sitio no podía ser más acertado para el tipo de boda que nos tenían preparada. El lugar elegido fue un cortijo llamado las Malvasias en un pueblo cerca de Huelva, Lucena del puerto. A los amigos más allegados nos invitaron todo el fin de semana y pudimos disfrutar junto a ellos del montaje de la boda.
Para mi, fue la primera vez que participaba en el making of de una boda y me lo pasé como una enana, tanto por la compañía como por los trabajos guiados que nos encargaron los novios. No me podía hacer una idea de lo que era la puesta en escena de una boda, seguro que muchos de vosotros tampoco, porque los invitados llegan una vez está todo listo y bonito. Pero es una experiencia única ir viendo los pequeños avances que va tomando el lugar a medida que se va acercando la hora del día de la celebración del enlace.
El primer día nos dedicamos las chicas a rellenar los botes de cristal, decorados por la novia, con nuestra archiconocida paniculata. Y a ir metiendo también velas en otros tarros más pequeños. Los chicos se dedicaron a otros menesteres, como colgar los metros y metros de banderines entre los árboles, junto a las bombillas que irían a iluminar la zona de la cena. Todo este trabajo lo ibamos acompañando con algún que otro chapuzón en la piscina y sorbos de cerveza. A los trabajadores nos tenían que tener contentos xD
El segundo día, el día de la celebración, nos levantamos sabiendo que iba a ser el mas duro, todo tenía que quedar montado para la tarde, nos teníamos que vestir y aguantar hasta las mil. Teníamos que darlo todo en la boda de nuestros amigos. Pero como estábamos muy bien organizados y trabajábamos encantados de la vida, llegó la hora el enlace sin darnos cuenta. El tiempo corría que daba gusto el segundo día.
Tuvimos algún que otro susto meteorológico, pues las nubes empezaron a hacer su aparición. Llegaban noticias de que por los alrededores estaban cayendo las primeras gotas. La novia estaba tranquila, por un lado sabía que su ofrenda de huevos a Santa Clara iba a surtir efecto y por otro, a unas malas, pasase lo que pasase, nos lo íbamos a pasar genial. Sí, yo tampoco conocía el dicho popular de «llevarle huevos a Santa Clara» , pero funcionó.
Como podeís ver en las fotos, el resultado de la preparación de la boda quedó impresionantemente bien. Todo estaba perfectamente colocado, y lucía hermoso cada detalle de la misma. A nosotros no se nos veia nada estresados, al contrario, supongo que si alguna vez volvieramos a tener la oportunidad de participar en algo así, ninguno de nosotros diría que no.
En fin, nos lo hemos pasado muy pero que muy requetebién, estoy deseando ver las fotos oficiales de la boda para recordar momentos, que seguro habré olvidado. Lo que sí recuerdo muy bien, porque me encantó ese momento y lo grabé en video, fue la última canción de la boda, a eso de las 9:30 de la mañana, todos cantando y abrazándonos al final. La canción fue Creep de Radiohead. Y en esta foto de mi instagram tenéis una captura de ese momento, porque me parece a mi que el vídeo no saldrá a la luz xD.